lunes, 20 de agosto de 2012

Los veranos de Audiorama

Veinte de agosto y un calor de esos que no te deja pensar como no estés en remojo permanente.
Llevo unos días sin escribir en el blog, con poca respuesta a mi convocatoria de PLATAFORMA (es lo único que en estos días parece frío frío), lo que es una buena excusa para darle al coco y a la nostalgia.  Pero el maldito calor no le deja a uno pensar con claridad.  

Recuerdo ver hace años en Renoir Audiorama "El verano de Sam", una estupenda película de Spike Lee.  
Las pelis de Spike Lee, con alguna excepción, no tienen respuesta del público.    El calor trastornaba a los protagonistas de la película.  

"Pleno verano", de Tran Anh Hung, era otra película de esas exóticas que se proyectaban cuando todavía algo de ese tipo de cine aterrizaba en Zaragoza.   Ahora cada vez llega menos.   ¿Alguien recordará esas películas?

Los currantes del cine no estaban tan fresquitos como en "Pleno verano".   Renoir Audiorama podía ser un buen lugar para calibrar las olas de calor.  En cuanto la chicharra apretaba, reventaba el aire acondicionado de alguna sala.   Algún habitual, que llegaba mareado, no encontraba la recuperación deseada al cruzar el centro comercial, una especie de pasaje de rayos UVA a lo bruto.  Recuerdo que con "Café de noche", reventó el aire acondicionado de la sala 2, llegando a temperaturas de sauna, porque en lugar de tirar aire frío, funcionaba en modo calefacción.  Delirante.  La película era estupenda, pero el horno de leña como para asar chuletas en la sala no lo era tanto.  

Con la película "Rencor", de temática playera y canciones de Lolita, reventó el aire acondicionado de la sala 1.  Apagábamos las luces del hall y abríamos las puertas correspondientes, pero allí hacía un calor del carajo.   Era como bajar al infierno que gestiona Billy Crystal en "Desmontando a Harry" (otra película que pudo verse en Renoir Audiorama).

La cabina de proyección era infernal.  Otra sauna.  El mítico A. a veces, haciendo la contabilidad, intentaba soportar el sofocón con un ventilador, pero se le llevaba los papeles y aquello parecía una mala broma surreal.   Pero los momentos álgidos llegaron en el palomitón, que parecía el infierno de Dante cuando reventaba el aire acondicionado del hall.   El palomitero de la última época llegó a registrar temperaturas de 50 grados allí en los últimos tiempos, especialmente en el verano del 2011, achicharrante, sofocante, desquiciante.  

En cierta ocasión tuve que cortar entradas, a las 4 de la tarde, con un bañador puesto.  Pero esa, es otra historia.

>> En la imagen, Adrien Brody y John Leguizamo, en "El verano de Sam", de Spike Lee.

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