viernes, 9 de noviembre de 2012

14N. Respuesta cívica.

No andaba yo esta mañana en mi mejor momento.  Anestesiado por el dentista, por la calle llovía e iba como mareado.   Tenía que enviar una carta certificada y me acerqué a Correos intentando despejarme.

Como un boxeador noqueado, llego a casa.  Son todo buenas noticias, mejoría económica: Gran ERE en Iberia, a añadir al esperpento de los últimos tiempos, que he seguido, en el diario El País, donde mientras alguno cobra 13 millones de euros al año, se liquida a parte de la plantilla.  

Luego se entera uno que la gente, desesperada, se tira por el balcón acuciada por la angustia de que les echan de sus casas.  

La pasta nos ha corrompido por completo.  Se desprecia la cultura, la formación, la conducta.  Vale todo.  Se aplasta a la gente, se les echa a la calle, o se les despide, se les dice que se está cumpliendo la ley (20 días por año trabajado) o similares y encima se tienen que ir tan contentos.

En mi caso, después de diez años en Renoir, recuerdo perfectamente que no se contestaba a mis correos electrónicos, ni antes del cierre, ni después.  Ni se planteaban colocaciones o ideas para la plantilla, para ayudarles.  No habia ningún tipo de conducta con la persona.  Sólo te decían: A la calle, toma el cheque, lárgate.  Déjanos seguir con lo nuestro, no molestes.  Era sólo una conducta económica.  En mi caso, no se me pagó el finiquito, como castigo adicional.   Por supuesto, en estos meses no he recibido ninguna comunicación de la empresa que me despidió, para plantearme alternativas en el sector, o para al menos cumplir con aquel finiquito que me deben.  

Pero esto no es nada, comparado con lo que deben sentir tantas personas, acogotadas, ahogadas en este país.  

La Huelga del día 14 de Noviembre no es sólo una respuesta cívica.  Es otra señal de lo que se le está haciendo a la gente.  No es simplemente una convocatoria sindical.  Es una llamada a recordar que cualquiera, en un mal momento, puede pensar en arrojarse desde una ventana.

Una formación adecuada, la lectura, la independencia, la educación de los chavales, de todos en general, permanentemente, puede ayudar a luchar contra esa angustia, despreciando o arrinconando las conductas puramente económicas.   Es nuestra única esperanza de no convertir este país en algo feo, muy feo.

>> En la foto, Renoir Audiorama desmantelado en Mayo 2012.

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