viernes, 2 de noviembre de 2012

Oscuridad

Subimos del rastrillo Ozanam y nos paramos ante la puerta de Renoir Audiorama.

La oscuridad en la calle, a media tarde y la falta de luz en el local del cine, hace que no se vea absolutamente nada del interior.  Es como boca de lobo.   Ya no hay películas raras, ni gente pululando, ni olor a palomitas, ni filas, ni gente despistada leyendo "La gran ilusión", ni el Tío Ponti corriendo al baño.

Sólo oscuridad. Y una puerta cerrada.

Da pena.   Así que nos vamos.   Nos acercamos al Izas con el ritual de comprar la lotería navideña.   Como ya no podemos tener la nuestra, es al menos la del IZAS, bar vecino que homenajea la fecha de la Recopa del
Zaragoza en sus décimos de lotería.  

En el IZAS, no sé si lo conté ya antes, tienen unos formidables bocadillos con nombre pirenaico.
También buenas raciones.  Muchas veces estaba allí 
a la hora de tomar un café antes de entrar al cine.  A veces me encontraba con Epi, o con Manolo E., Perdiguer, Zatoichi comiendo, Fernando Asta...   A veces era con A. u O. después de comer en 
Casa Tena.  

Miguel, también conocido popularmente como "El barbas", trae la lotería y charlamos brevemente.  Dice que hay un posible proyecto de discoteca en el local de Renoir Audiorama.
Nos pregunta por nuestra situación y le decimos que la cosa está jodida, como para todos (o casi todos).  Saludamos a S. y M, que están esa tarde trabajando.

Nos sentamos y recordamos cosas de todo tipo.   Del cierre, de como se hicieron las cosas, de como no se hicieron.   Estamos allí un rato y nos vamos.  

Fuera sigue oscuro. 

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