El blog, la bitácora, continúan. El día de cierre (10), fue muy duro. Por la mañana, la reunión

con la empresa fue desagradable. Tuvimos una comida con Jaime, antiguo operador de cabina de Renoir Audiorama. Por la tarde, el cierre, mezcla de buenos ratos por la visita de clientes, ex compañeros y numerosos cinéfilos afectados. Yo andaba un tanto machacado por lo de la mañana, pero tuve el apoyo del sindicato y me rehice. Recogimos nuestras pertenencias según pasaba la tarde, nos invitaron a cenar los trabajadores de cafetería Izas (detallazo) y acudió mucha gente a los pases de 8 y 10 de la noche. Tardamos en desalojar el cine con los últimos resistentes pero al final se pudo hacer el persianazo. Llegué a casa agotado, deshecho, pero con ganas de empezar una nueva fase cuando todo lo legal de esta situación tenga su correspondiente carpetazo. Mientras tanto, tiempo de vacaciones, de seguir contando cosas en este blog y tiempo de seguir para adelante, con nuevos planes y proyectos.

Ayer viernes ya pude tomarme mi gin tonic, como soñaba, incluso un Jack Daniel´s un rato después.   No está mal.  Estoy libre.  Estoy contento.   Estoy con ganas de escribir nuevos libros, sobre algún cineasta y amigo quizá, sobre los quince años de Renoir Audiorama, quizá, sobre el cierre del cine, quizá.  Quién sabe.   

>> Las malas hierbas, con este curioso afiche, es una de las últimas películas que se proyectaron en Renoir Audiorama.  Vino mucha gente a verla el último día.   Gracias a ellos y a todos lo que estos días estuvieron solidarizándose con nosotros.