Después de las nubes, sol. Salimos de aquel horror y la primavera era una delicia. Prácticamente todos nos quedamos, charlamos, nos reímos, bromeamos como cuando el cine estaba abierto. Votamos donde se iba a comer. Salió vegetariano (uno de nosotros lo es) y allá nos fuimos. Seguimos riéndonos, luego en una terraza. Que bien se estaba. Luego se tuvo que ir uno al dentista. Cuando hay que ir al dentista hay que ir. Allá seguimos un rato de terrazas y disfrutando de la primavera.Yo subo y bajo en el ánimo, pero la decisión de lucha está tomada y seguiré hasta el final. Sin mis ideales no soy nada.
>> La sala 1 en plena proyección, año 2010.
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