Otro día de correos electrónicos, de recortar y pegar, de comer a deshora y acercarme a Radio Zaragoza a charlar con David Marqueta y Roberto Sánchez sobre el asedio, por usar la misma palabra que esta mañana, que estamos viviendo.   El sábado charlaré con Miguel Mena.

Asedio que incluye guerra psicológica, munición bajo mínimos y las provisiones que escasean.   Apareció mi amigo R., nos trajeron bombones, que vienen bien para recuperar energía y vino Antonio Aramayona. Nos trajo algunos de sus libros, su artículo en El Periódico de Aragón.  También apareció de nuevo Pepe Laporta, con ganas de noticias.   Ojalá fueran buenas, pero no, estamos aquí agazapados e intentando aguantar hasta el final.   Menuda aventura.

Recibí llamadas de apoyo, el Zaragoza ganó 1 a 0 al Levante y sigue sin rendirse en su descenso.   Una agonía como la nuestra aunque ellos con esperanza.  El rastrillo, al que vamos a llegar tambaleándonos, sigue en pie.

Hay momentos de desánimo.  Es difícil mantenerse en tensión todo el tiempo.   Vuelvo a casa llevándome más pingos: algún libro, jabones, ropa.